No Lubrico!

No Lubrico!. Diario El Propio. Sección El Consejero. Caracas, 26 de Julio de 2012

 

 

Cada vez que tengo relación sexual no lubrico o en algunos momentos lubrico poco. Esto se debe a que?

La lubricación vaginal, es parte de la excitación inicial en la mujer que permite que el pene tenga una penetración más fácil, lo que aumenta la comodidad de ambos participantes durante la relación sexual. Este humedecimiento incrementa la sensibilidad de los labios vaginales y hace que las caricias genitales sean más placenteras.
La falta de lubricación vaginal implica dolor e insatisfacción durante una relación sexual, lo cual puede deteriorar enormemente la relación de pareja.
Se debe tomar en cuenta que el espesor y el olor del lubricante vaginal cambia de una mujer a otra, e incluso puede ser diferente en una misma persona en determinado periodo, ya que en ello influyen factores como las características de su ciclo menstrual, los alimentos que se hayan ingerido recientemente y su estado general de salud.
Debe entenderse que una relación sexual está llena de matices y que la presencia de lubricación vaginal no significa que una mujer se encuentre completamente lista para el coito, ni la ausencia de ella indica que no esté excitada. Algunas mujeres requieren el uso de lubricantes para tener una práctica sexual placentera.
Algunas mujeres producen menos lubricación vaginal que otras y se sienten anormales, pero si esto no es causado por algún desajuste hormonal o alguna enfermedad no hay por qué preocuparse:
• Desde las dificultades en el trabajo hasta las tensiones en una relación amorosa, puede interferir con la respuesta sexual y, por ende, en una buena lubricación.
• Se sabe que diversos fármacos, sobre todo algunos antidepresivos, entorpecen la humectación de la zona vaginal; lo mismo ocurre con los antihistamínicos.
• Es importante puntualizar que el alcohol, tabaco y marihuana también se consideran inhibidores de la lubricación.
Además de lo anterior, hay que tomar en cuenta que la participación de la pareja es fundamental para que haya adecuada humectación.

Psic. Yumary Guerra
Psicóloga – Psicoterapeuta de Pareja y Familia
elpuntoguerra@gmail.com @elpuntoGuerra

Nunca he sentido un Orgasmo.

Nunca he sentido un Orgasmo. Diario El Propio. Sección el Consejero. 20 de Julio de 2012

 

 

 


Cómo llegar al Orgasmo? Nunca he sentido uno.

Son muchas las mujeres en pareja no ha podido lograr excitarse o llegar a un orgasmo, por lo menos en alguna ocasión. En las mujeres, hay tres etapas que deben ser completadas antes de poder llegar al orgasmo: deseo, excitación y lubricación de los órganos genitales.
La falta de deseo o interés en el sexo, responde a varios factores, como enfermedades orgánicas, preocupaciones, estrés, agotamiento, o abuso de sustancias químicas. Si una mujer ha perdido (o nunca tuvo) la capacidad de elaborar fantasías o deseos sexuales, su pareja podría ayudarle de varias formas, mediante el habla, la comunicación, las caricias, los mimos, la paciencia, y las sugerencias de distintos tipos de relaciones.
La falta de erección en el clítoris puede surgir incluso cuando el deseo está presente. Si tu pareja apresura las cosas, podría intentar realizar la penetración antes de que tus órganos estén preparados, lo que la podría conducir a más dolor, y, de esta forma, a mayores fallas en la excitación.
Para alcanzar el orgasmo, no se debe pensar que es una meta que se debe conseguir. No hay que vivirlo como una obligación; deja que tu mente se concentre en las sensaciones de cada momento. Ten en cuenta que, tanto a hombres como a mujeres, las preocupaciones nos alejan de la excitación y pueden llegar a bloquearnos.

Muchas mujeres no saben si han llegado a experimentar alguna vez un orgasmo, pues no reconocen sus propias sensaciones. Primero debe existir la vivencia del placer individual y cuáles son los caminos para llegar a él, también. Los orgasmos son diferentes según el estado de ánimo, la pareja, el grado de excitación o las posturas.
El orgasmo no es algo que funciona o no funciona. Muchas mujeres experimentan placer por primera vez en solitario. No esperes que sea otra persona la que despierte tus centros del placer. Tienes que conocerte y saber cómo funciona tu cuerpo.

Psic. Yumary Guerra
Psicóloga – Psicoterapeuta de Pareja y Familia
elpuntoguerra@gmail.com @elpuntoGuerra

El Tamaño No Importa.

El Tamaño No Importa. Diario el Propio. Sección El Consejero. Caracas, 13 de Julio de 2012

 


Tengo el pene pequeño, hay forma de satisfacer a mi pareja como si lo tuviese más grande, las bombas que lo hacen crecer sirven?

Los hombres están más preocupados que las mujeres por el tamaño de sus penes y por lo general se sienten más confiados si están “bien proporcionados” pero las mujeres NO necesariamente piensan que “entre más grande sea el pene mejor». En los puntos eróticos más importantes, no se necesita un pene demasiado grande.
Por otro lado, ciertas mujeres prefieren un miembro no tan grande, por preferir en sus prácticas sexuales tanto el sexo oral como el anal.
Es obvio que el tamaño del pene hoy día sigue siendo una preocupación que afecta a un número considerable de hombres. A pesar de la amplia información que existe al respecto y de los intentos de desmitificación de las bondades de un pene de grandes dimensiones, parece ser que la frase «el tamaño no importa» no ha calado lo suficientemente hondo en la psique masculina.
En una sociedad en la que de alguna manera damos por sentado que el símbolo máximo de la masculinidad es el pene, se concluye que un pene de mayor tamaño es sinónimo de una mayor virilidad.
La longitud promedio del pene adulto en erección es de 13,58 centímetros, correspondientes a un diámetro de 3,82 centímetros. Podemos considerar como un verdadero problema de tamaño aquellos penes cuya longitud no sobrepase en erección los 7 cm. En tales casos recibe el nombre de “micropene”.
El mercado está lleno de diferentes métodos que se ofrecen con desigual eficacia para aumentar el tamaño del pene. En los últimos tiempos, ha proliferado este tipo de métodos como cremas, bombas de vacío, ejercicios, masajes y aparatos «elongadores» que aseguran ser efectivos para aumentar el tamaño del pene. Todos ellos se ofrecen como alternativa sencilla, eficaz, “barata” e “indolora” a la cirugía.
Lamentablemente, la promesa hoy por hoy es lo único que puede ofrecer este tipo de productos “milagrosos”. No van más allá de ser placebos y costosos, así como dolorosos en algunos casos. Estos métodos carecen de investigación científica que los avale puesto y la cirugía es hoy por hoy el único método de alargamiento peneano moderadamente eficaz. En cuanto a los riesgos de la cirugía, son los mismos que existen en cualquier intervención quirúrgica.
La mayoría de los casos de insatisfacción con el tamaño del pene pueden ser resueltos con una orientación sexológica adecuada no sólo para mejorar la autoestima y conducir al paciente a que se acepte como es, sino también a la hora de orientarlo en la estrategia más adecuada a seguir en relación con su insatisfacción.
Si deseas combatir el miedo al rechazo de tu pareja sexual, te recomiendo que uses el tiempo empleado en preguntarte si estás lo suficientemente dotado, en descubrir qué es lo que siente su pareja, qué le agrada, qué le desagrada y qué le hace alcanzar el clímax. Descubrirás que esta inversión de tiempo empleado en tal exploración es mucho más eficaz.
No existen medicinas, ni ejercicios que hagan crecer el tamaño del pene. Lo que si tenemos en el mercado son productos cuyo uso favorecen a una mayor irrigación de la sangre en los cuerpos cavernosos, consiguiendo en determinados casos una mejor erección, pero eso es todo. Cada hombre debe tener presente que, en líneas generales, con su pene erecto, con sus respectivas medidas y particularidades, es capaz de ofrecer una satisfacción sexual plena a su pareja con los recursos eróticos que éste posee y cómo se conduzca emocionalmente durante y después de la relación sexual.

Psic. Yumary Guerra
Psicóloga – Psicoterapeuta de Pareja y Familia
elpuntoguerra@gmail.com @elpuntoGuerra

Acoso sexual: entre el silencio y la confusión.

Revista Estética y Salud. Caracas 9 de julio de 2012 por Isabel Dubuc Zabala (Colaboré en este artículo)

http://www.esteticaysalud.com.ve/acoso-sexual-entre-el-silencio-y-la-confusion/

Cada día, miles de mujeres son víctimas de conductas inapropiadas que atentan contra su dignidad. Muchas desconocen la gravedad del asunto e incluso llegan a pensar que ellas mismas propiciaron la situación. El hostigamiento sexual es un delito que permanece oculto por miedo a represalias y a exponerse públicamente en un tema tan delicado, pero las leyes tienen una respuesta efectiva para estos casos


“Yo sé que nadie me cree, pero no sé en qué momento esa situación se me salió de las manos”, comenta Laura Páez (nombre ficticio para proteger la identidad de la fuente), al recordar los dos años durante los cuales fue víctima de acoso sexual en su trabajo. “Cuando comencé a trabajar en esa empresa dedicada al mercadeo me sentí bienvenida y hasta halagada porque mi jefe siempre me felicitaba por mis brillantes ideas. Luego, comenzó a fijarse mucho en cómo iba vestida a la oficina y hasta llegué a pensar que él sentía atracción por mí. Traté de vestirme diferente, pero él siempre tenía un chistecito sexual que hacer. Después, hubo un cambio de él hacia mí: me asignaba trabajo que no me correspondía, me excluía de reuniones a las que yo debía asistir, ya mi trabajo no le parecía tan bueno, me sobrecargaba de tareas y muchas veces tuve que quedarme hasta tarde en la oficina. Yo no quería perder ese trabajo porque era muy bueno para mi carrera y necesitaba el dinero. Por eso, me esmeraba en hacer un buen trabajo y traté de no darle importancia a esos cambios de humor de mi jefe, en los que un día yo era su favorita y al día siguiente me discriminaba frente a mis compañeros”, relata.

Así como Laura, muchas mujeres enfrentan situaciones de hostigamiento en sus sitios de trabajo que, disfrazadas de “cambios de humor” de sus superiores, comienzan, casi imperceptiblemente, a convertirse en agresiones sexuales que terminan por socavar la tranquilidad de quien las padece. La profesional del mercadeo afirma que su incomodidad fue en aumento cuando su jefe empezó a aproximarse físicamente a ella, y ante su rechazo, las represalias fueron aún peores. “La situación llegó al límite cuando reaccioné abiertamente, el día que él quiso tocar mis piernas por debajo de la mesa. Primero lo negó, pero luego comenzó a insinuar que yo lo había provocado y que mi objetivo era ascender en la empresa valiéndome de mis constantes coqueteos”, relata. Finalmente, Laura terminó renunciando, pero hoy, tres años después de lo acontecido, reflexiona: “Mi error fue no haberme dado cuenta antes. Me sentí culpable por haber dejado que las cosas llegaran hasta ese punto. Creo que debí hablarlo con alguien, denunciar el acoso, pero no me atreví”.

Famosos bajo sospecha

• Las denuncias de tres masajistas sobre acoso sexual contra John Travolta han puesto en entredicho la trayectoria familiar del conocido actor. Aunque sus abogados insisten en presentar pruebas de la ausencia de Travolta en el lugar de los hechos, las denuncias indican un ‘modus operandi’ similar en diferentes lugares y momentos.
• A pesar de que nunca se aclaró qué fue lo que realmente pasó y el caso fue cerrado, el pitcher venezolano Johan Santana fue demandado en 2010 por una mujer que alegó que el atleta “comenzó a besarla, a quitarle la camisa y a desabrochar su brassiere” sin su consentimiento en una cancha de golf.
• Un exguardaespaldas de la princesa del pop Britney Spears introdujo una demanda contra ella porque la cantante solía pasearse desnuda frente a sus ojos mientras le hacía comentarios de índole sexual.
• Rob Lowe fue acusado de acoso sexual por la niñera de sus hijos, quien relató que el actor además de insinuaciones sexuales impropias, incitaba a la joven a ver pornografía.
• Lawrence Bass, ex empleado de Demi Moore, le exigió 206.700 dólares por daños y perjuicios luego de que la actriz intentara tocarlo indebidamente.

 Identificar al enemigo

El acoso sexual, sea en el trabajo, en el sitio de estudio o en la relación médico-paciente (entre otras situaciones) se alimenta del silencio de la víctima, por eso es importante que se conozca de qué se trata este fenómeno y qué medidas se pueden tomar para proteger a la víctima y sancionar al agresor. La psicóloga Yumary Guerra explica que las legislaciones que protegen a las mujeres definen el acoso sexual como la solicitud de cualquier comportamiento o acercamiento sexual no deseado, realizado por un hombre, prevaliéndose de su superioridad laboral y con la amenaza expresa o tácita de causarle daño a la mujer.

El agresor puede valerse de diferentes manifestaciones para intimidar a su víctima, entre las que se encuentran:

• Conductas verbales: piropos insistentes, insinuaciones sexuales, comentarios paternalistas o insidiosos, chistes obscenos, creación de sobrenombres degradantes, preguntas fuera de lugar acerca de su vida o preferencias sexuales y el inicio de rumores humillantes.

• Conductas no verbales: gestos de contenido erótico, miradas penetrantes, exhibición del cuerpo del propio agresor, entre otras.

Contacto físico: aplicación de masajes, palmaditas, pellizcos que no son ni solicitados ni necesarios. Pueden llegar a ser desde toqueteos hasta un ataque sexual.

Tanto en los sitios de trabajo como en cualquier otro entorno pueden darse relaciones que impliquen un acercamiento sexual, pero no todas llevan necesariamente a la agresión. Según la psicóloga, un hombre puede procurar la conquista de una mujer a través de formas no violentas, siempre y cuando la mujer acceda a esta etapa de seducción. Pero si la mujer ignora o rechaza cualquier comportamiento de contenido sexual, el hombre debe extinguir estos actos.

De hecho, la mujer debe poder identificar si los mensajes sexuales que recibe provienen de una potencial pareja -que se caracterizan por intercambio de gestos y conductas de mutuo acuerdo de manera sutil, pero no escondida- de un hombre que busca encuentros sexuales ocasionales -que son más frontales-, de un hombre que está obsesionado -que a pesar del rechazo o indiferencia insiste en dar regalos o aparecerse en lugares frecuentados por la mujer- o de un agresor sexual -que lo que busca es neutralizar a la mujer mediante requerimientos sexuales basándose en el miedo de ésta a perder algo que es valioso para ella, como su trabajo.

Aunque los investigadores del tema no se ponen de acuerdo en relación con el origen del acoso sexual, Guerra afirma que una de las causas es la falta de respeto a una voluntad o a una conciencia ajena. Indica que el respeto tiene dos fuentes: la posibilidad de identificarse con el otro o el reconocimiento de su poder. Muchos autores han tratado de esbozar el perfil del acosador identificándolo con la personalidad narcisista, que se caracteriza por ser un sujeto que tiene una idea grandiosa de su propia importancia, tiene fantasías ilimitadas de éxito y poder, se considera especial y único, tiene una necesidad excesiva de ser admirado, piensa que se le debe todo, explota al otro en sus relaciones interpersonales, carece de empatía aunque puedan ser muy hábiles socialmente, puede fingir que entiende los sentimientos de los demás y tiene actitudes y comportamientos arrogantes.

Incluso, hay investigaciones que definen al perseguidor sexual como hombres mayores de 40 años, que tienen una vida familiar y sexual insatisfactoria, con altas necesidades de autoafirmación y de control. Igualmente, han logrado identificar que el acosador, en el fondo, lo que siente es miedo de que la víctima sea capaz de derribarlo y por eso se aprovecha de su superioridad para neutralizarla. La víctima, por tanto, no es necesariamente una mujer con unas características físicas o psicológicas determinadas, simplemente, debe ser percibida por el agresor como una amenaza. Lo que mantiene en el tiempo al acoso sexual es el miedo de la víctima a que su credibilidad se ponga en tela de juicio y que se le someta al escrutinio público.

Una persona que sufre o ha sufrido acoso sexual, probablemente muestre algunos de estos síntomas:

• Ansiedad y depresión.

• Falta de concentración, irritabilidad e insomnio.

• Recuerdos recurrentes acerca de los diferentes episodios de la agresión y malestar psicológico profundo.

• Disminución de la autoestima personal.

• Desconfianza y dificultad para establecer relaciones espontáneas con personas del sexo opuesto.

• Rechazo a situaciones parecidas a las que propició la agresión sexual.

• Respuestas de alerta exagerada.

La manifestación de estas conductas dependerá de la intensidad de la agresión, del equilibrio emocional de la víctima y del apoyo social del entorno cuando se conoce públicamente lo ocurrido. Guerra recomienda que cualquier mujer que se encuentre en una situación de acoso evite la confrontación directa con el agresor y que, en cambio, comience un proceso de asesoramiento psico-jurídico guiada por alguna de las instituciones que se encargan de este tema.

Ayuda en Venezuela

En el país existen las siguientes instituciones que ofrecen asesoramiento a casos de acoso sexual: INAMUJER, Centro de Estudios sobre la Mujer, Profam y Plafam.

Acoso con aroma de mujer

Los hombres, aunque por lo general son agresores, también pueden ser víctimas de acoso sexual. Lo que motiva a una mujer a convertirse en una agresora sexual es el rechazo del hombre con el que ella quiere tener o continuar una relación. Su objetivo es destruir la vida de quien la abandonó como un acto de justicia hacia ella, así que adopta conductas persecutorias, amenaza y chantajea a su víctima para logar su objetivo. Otras veces, con el fin de deshacerse de algún hombre que obstaculiza sus logros laborales, una mujer agresora puede crear la historia de un acoso sexual hacia ella, con el fin de desprestigiar a la víctima hasta sacarlo de su camino.

¿Menstruación y Sexo?.

¿Menstruación y Sexo?. Diario el Propio. Sección El Consejero. Caracas, 06 de Julio de 2012

 

 

Tengo una pareja estable, si mantenemos relaciones durante la menstruación y sin condón, ¿puedo salir embarazada?
La menstruación es un proceso natural en las mujeres, sin embargo existen muchos mitos e ideas acerca de esto, por distintos prejuicios e ideas erróneas, el llamado “sangrado menstrual” tradicionalmente ha sido considerado como sucio, impuro y contaminante.
Es necesario señalar que muchas mujeres y hombres tienen buenos niveles de deseo sexual durante “la regla” y que, además de no existir inconvenientes clínicos para tener relaciones sexuales, es también un buen motivo para un acercamiento afectivo y erótico con la pareja en una fase del ciclo hormonal en el que, efectivamente, las posibilidades de un embarazo no deseado, son escasas.
Diversas parejas incrementan su impulso sexual cuando no hay el riesgo de reproductividad: Liberan el deseo al suprimir sus miedos. Por otro lado, no se ven en la necesidad de programar con agenda y contra su voluntad, sus encuentros eróticos. Por supuesto que el placer sexual no está reñido con la responsabilidad: ¡hay que emplear, en los casos pertinentes, metodología de anticoncepción y de prevención de infecciones de transmisión sexual!
Por otro lado, no se recomienda tener relaciones sexuales durante la menstruación sin protección, ya que semen y sangre son medios por los cuales se transportan microorganismos causantes de enfermedades como hepatitis, gonorrea o sífilis y por supuesto VIH, que se contagia vía sexual. Se recomienda si es que la pareja quiere experimentar, que sea al principio o al final de la menstruación, cuando el flujo es menor.
No existe ningún problema o riesgo para mantener relaciones sexuales durante el periodo menstrual, distinto a los del resto del ciclo mensual, más bien, se trata de una decisión y preferencia de la pareja, pues el sexo puede ser igual de placentero.
No puede haber embarazos durante la menstruación pues el endometrio, que es donde se aloja un óvulo fecundado, se está desechando en ese momento y por lo tanto no hay lugar para que se implante el embrión.
No debemos olvidar que en gustos se rompen géneros, lo importante es que las prácticas entre las parejas sean de mutuo acuerdo y con protección.
Psic. Yumary Guerra
Psicóloga – Psicoterapeuta de Pareja y Familia
elpuntoguerra@gmail.com @elpuntoGuerra